Y un día un peruano
hizo gritar de emoción a todo Brasil. Lo más sensato es pensar que Paolo, ni Perú,
jueguen el Mundial de Brasil 2014, pero un Guerrero se adelantó, agarró la
bandera blanquirroja y la flameó emocionado como un hincha más que se mete a la
cancha en un torneo mundial para mostrar orgulloso los colores de su país hacia
el mundo.
Sin duda, Paolo
Guerrero se salió con la suya, que es nuestra también, ser protagonista
principal de la final del Mundial de Clubes, por no decir de todo el torneo,
porque días antes también brilló con su soberbio cabezazo en la semifinal ante
el complicado Al Ahly de Egipto.
‘El Depredador’ dio luz
al Corinthians brasilero —con casi el
mismo número de hinchas que la población del Perú, él a estas alturas ya está
acostumbrado a lidiar con tamaña responsabilidad y lo hace metiéndose la
presión en su inquebrantable corazón— al
marcar de cabeza el único gol del encuentro ante el siempre imponente Chelsea
de Inglaterra. El ‘Niño’ Torres se hizo chiquito en el duelo de goleadores. Los
ojos del mundo futbolístico se quedaron prendados con el guerrero de todos los
peruanos.
“Hace
honor a su apellido, ¿no? Además, se siente más dueño uno del título cuando
encima hacés el gol, aunque obviamente es un deporte, obviamente colectivo, es
lo más grande que te puede pasar como futbolista, hacer un gol en este tipo de
partido. Cumplís todas tus metas, tus sueños, en un equipo extranjero para
Guerrero, pero tan esperado para su pueblo, porque es el representante de
su pueblo”, alababa Diego Latorre,
exfutbolista argentino y actual comentarista de la cadena Fox Sports, mientras nuestro
aclamado héroe subía rengueando con una bota de yeso en la pierna derecha a
recibir la copa por ser el tercer mejor jugador en el Mundial de Clubes.
Ver campeonar a un
peruano en lides mundiales es como ver a un mago sacar a un conejo de su
sombrero, difícil de creer, tiene que ser magia pura. Es normal que el sentido
común reaccione y pregunte: ¿Y cómo lo hizo? ¿Cuál es la fórmula para ser
campeón? Trabajo, esto es trabajo. Primo hermano de la dedicación y la
constancia. Nadie le regaló nada a Guerrero, él de puro guerrero obtuvo cada
gol en las tantas canchas donde pisó su fútbol.
Pues, en Perú para ser
campeón, hay que ser un héroe. Por ello, Paolo Guerrero es nuestro héroe sin
álbum ni serie televisiva, quizás por eso es más valioso. En un país de tantas
carencias, la abundancia de talento se erige como símbolo patrio. La frase “No
hay profeta en su tierra” no se cumple en él, Paolo es profeta en su tierra y
también en tierras lejanas.
Y es que nuestro país
está acostumbrado a vivir de victorias épicas, casi milagrosas. No es usual ver
a un peruano campeón, a un equipo peruano campeón, a un Perú campeón. Quien
emerge en medio de esta desventura es llamado héroe. Paolo Guerrero es el héroe
que trasciende el deporte, el héroe que muchos peruanos quisieran ser y no lo
son. Una utopía más del país del que siempre nos han dicho que somos mendigos
sentados en un banco de oro.
Paolo Guerrero es el
prototipo de líder de millones de jóvenes. No solo se ‘pelean’ por él multitud
de jovencitas sino que los chicos imitan sus rarísimos cortes de cabello, así
como sus constantes cambios de look, que siempre son tendencia, y los tatuajes
estilo mohicano ahora son mejor vistos. Ni qué decir de las decenas de agencias
publicitarias que pugnan por incluirlo en sus millonarias campañas.
No era una sorpresa
para ningún hincha del fútbol que la afición peruana lo elija como el capitán
de la selección, incluso antes de tener la banda amarrada a su hombro. Es una
obviedad decir que Pizarro nunca dio la talla. Es que el liderazgo de Paolo
Guerrero se centra en el compromiso casi pactado con la palabra garra.
No podemos tapar el sol
con un dedo, los jóvenes están hastiados de ídolos de papel, futbolistas que
creen que con solo jugar bien y anotar uno que otro gol en equipos del exterior,
les da venia para desbandarse cuando llegan al país, armar juergas, estropear
su físico y encima los premian al vestir la blanquirroja.
Pero eso ahora ya es
periódico de ayer. Paolo Guerrero es campeón, campeón mundial de clubes y
protagonista principal del partido más importante que un equipo de fútbol
aspira conquistar. Paolo Guerrero, como David frente a Goliat, hizo historia en
la tierra de los gigantes.
Corinthians, este héroe
peruano, goleador de raza, te lo prestamos por un tiempo nada más. Pertenece al
Perú.
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