jueves, 16 de octubre de 2008

0 Una tarde con Manuel Jesús Orbegozo

Hace unos días fui a entrevistar al añejo periodista Manuel Jesús Orbegozo o MJO, como solía firmar en sus artículos en aquella época en el diario El Comercio, y hoy lo hace en su blog.

Lo que aventuraba ser un diálogo académico para una tesis de maestría, se transformó en un monólogo inagotable de experiencias. Los 30 minutos que predestiné se alargaron a tres horas, nada menos. Fuera de estar de acuerdo o no con su posición ideológica, partidarista, rescaté su largo caminar reporteril.

Me detuve en sus años en El Comercio, en sus viajes, en sus crónicas, en cómo informaban los ahora viejos periodistas, y otros etcéteras más.

Más que sorprenderme cuando me confesó que nunca estudió periodismo, no es raro afirmar que driblear el destino es una de las características de un autodidacta irreverente. Y si no súmele una más: dictó la cátedra en periodismo durante 30 años -paradójico, el mismo tiempo que escribió en El Comercio- en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la decana de América, y que según los cánones profesionales, debió haber pasado antes por las aulas universitarias; él no.
MJO acaba de jubilarse hace unas semanas de la San Marcos, pero no de sus sueños.

“El Dominical ha perdido la frescura actualmente -y por sus silenciosos segundos de cavilación pareciera no saber cuál es la causa sustancial-. Como ejemplo, David Hidalgo -ex alumno suyo en la Universidad San Marcos y periodista de El Comercio- es un buen cronista, pero no escribe en El Dominical”, ahora ya no lee el suplemento, dice que ya dejó de ser lo que era antes.

Orbegozo asegura que su paso por El Dominical fue la mejor etapa del suplemento. Viajó por infinidad de países -nueve veces recorrió el planeta, según dice- informando al Perú qué hechos se convertirían en la noticia del día.

“Era lo mejor de la literatura periodística, periodismo interpretativo puro. Llegó a ser indispensable para todos los intelectuales del Perú. Era como decir si de un granero escogieras lo mejor y se lo presentabas cada domingo a los lectores, a los que les gustaba leer”, esboza MJO, quizás trayendo a la memoria las historias que relataba. Y quizás tenía razones de peso.

“Entrevisté a Pol Pot, 48 horas antes de que fuera derrocado por los vietnamitas. Era Secretario General del Partido Comunista de Kampuchea y estaba acusado de genocidio masivo… Estuve en cinco citas de Mihail Gorbachov: dos veces con Bush, (en Reijiavik, Islandia y en Moscú); una con el Papa Juan Pablo II en el Vaticano; una con Teng Siao-ping en Pekín cuando ocurrió la llamada “Masacre de Tien Anmen” sobre lo que escribí un libro; y la última, cuando presidió los festejos de la URSS al cumplir "70 años de la Revolución Rusa…".

Cuenta que se unió como jefe de redacción de El Dominical en 1971 –pero ya pertenecía al diario desde diciembre de 1961-, y no paró hasta 1992, cuando dejó sus últimas entrevistas y crónicas en el decano de la prensa nacional. “Me dijeron hasta aquí trabajas”, era el día de su cumpleaños.

“Cuando Francisco Miró Quesada me convocó para que me desempeñara como jefe de redacción, El Dominical era un anexo del diario, no tenía vida propia ni independencia. El periodismo en aquellos días presentaba artículos larguísimos, engorrosos, ¡Claro, con grandes personajes! pero la diagramación era espesa. ¡Ni hablar como es ahora! Cuando entré se volvió una especie de redacción de diario. Dinamicé mucho, pues era buen redactor, además escogí el plantel más importante de periodistas que había entonces -argumenta orgullosamente-: Pedro Luis Guilassi, Luis del Boy, Maruja Barrig, Clodoaldo López Merino, Carlos Ortega, Sebastián Salazar Bondy, quien estuvo poco tiempo con nosotros, José Miguel Oviedo, Abelardo Oquendo, Antonio Fernández Arce, Carlos Mino Jolay; fueron como 15 redactores y cerca de 100 intelectuales que colaboraban”, apunta MJO.

El golpe de Velazco a El Comercio

Manuel Jesús Orbegozo recuerda la época del General Velazco, penoso tránsito que también El Comercio tuvo que afrontar ante las fauces militares en el proceso de nacionalización de la prensa. “En 1974 sacaron a los Miró Quesada y pusieron a Héctor Cornejo Chávez en la dirección del diario. La línea editorial de El Dominical sólo cambió en la página principal: el editorial: habían notas de viajes del Presidente, noticias varias, entre otras. Aparte de ello, el suplemento siguió siendo casi el mismo, las notas culturales no variaron. Lo único fue que me descendieron de cargo”.

En fin, luego ingresaré más anécdotas. Prepararé una segunda entrega de la entrevista.

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